La Mujer de los 101 años; de la etnia Maya, doña Lina Santos tiene una prole de 150 descendientes; todavía ejerce control sobre ellos, “para que no se me salgan del huacal”, dice
Por:
Expediente Quintana Roo
Publicado:
José María Morelos.- Cuando nació, la Revolución
Mexicana tenía un año de haber estallado y las revueltas sucedían en diversos
puntos del país. Hoy 101 años después, doña Lina Santos ve a la distancia, en
el recuerdo de su larga vida, cómo al lado de su esposo, Eligio Sandoval y
Balám, formaron junto con otros moradores de la zona maya de Quintana Roo, el
poblado “Kilómetro 50”, lugar que hoy ocupa esta cabecera municipal.
La
Revolución Mexicana se fue apaciguando paulatinamente alrededor del año 1920,
tras el asesinato Emiliano Zapata. En ese entonces doña Lina tenía 9 años de
edad. A los 21, en 1932, se casó con don Eligio, de eso hace ya 80 años.
Este
fin de semana Doña Lina Santos, cumplió 101 años de edad, nació en Sacalúm,
Yucatán, a mediados del siglo pasado, y junto con su esposo Eligio Sandoval y
Balám, de 99 años, y otras personas, fundaron la población que hoy es esta
cabecera.
Doña
Lina es admirada aquí por tener uno de los matrimonios más sólidos del
Municipio, y quizá de muchos lugares más, pues a su larga vida se le suma haber
cumplido 80 años de casada con don Eligio.
Sus
descendientes y quienes la conocen, se sienten orgullosos de su vitalidad, goza
junto a su esposo de muy buena salud, y al mismo tiempo le reconocen el haber
sido pionera y fundadora de este Municipio, corazón maya de Quintana Roo.
“Pues
me siento muy orgullosa, gracias a Dios ya vimos sus cien años, ahora ya
estamos viendo sus 101 años que están cumpliendo, cuando yo tuve uso de razón,
yo vi el pueblo de aquí de José María Morelos, no teníamos corriente como
ahora, no había agua potable”, comentó una de sus hijas.
Esta
singular pareja tuvo veinte hijos de los que llevaron a edad adulta a quince,
tienen 70 nietos y a partir de ahí perdieron la cuenta de los bisnietos y hasta
tataranietos, pues parte de esa descendencia emigró del lugar, llegaron a
contar hasta 150 miembros de su familia, nietos y biznietos, los consideran un
matrimonio ejemplar.
Aún
con voz enérgica, Doña Lina asegura que sigue manteniendo las riendas de sus
quince hijos, nietos, bisnietos y hasta de sus tataranietos, para evitar que se
salgan del “huacal”.
“El
respeto que nos imponía a nosotros, primeramente hacia ella, porque siendo una
persona adulta tenía mucho conocimiento y tenía mucha presencia en lo que es su
hogar y eso nos influyó igual a nosotros respeto hacia ella y hacia los demás
mayores”, apuntó una de sus hijas.
Al
matrimonio Sandoval Santos le gusta mantener vivas las tradiciones y costumbres
del pueblo maya, sobre todo, las leyendas sobrenaturales del pueblo, un tema
común en la localidad.
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