Conmemora el Gobierno Municipal los 164 años de la fundación de Felipe Carrillo Puerto


Felipe Carrillo Puerto.-  “Aunque vivamos en el gran remolino del desarrollo y de la tecnología, nuestras raíces, son una fortaleza más, para el desarrollo de nuestro municipio y de nuestro estado”, así se expresó el cronista de la ciudad, Mario Chan Collí, en el   homenaje conmemorativo del CLXIV (164) aniversario de la fundación de Santa Cruz Balam Nah Kampocolché, hoy ciudad de Felipe Carrillo Puerto.
El homenaje se llevó a cabo la mañana de este miércoles en las inmediaciones del parque principal Ignacio Zaragoza de esta ciudad, ante autoridades estatales y municipales encabezadas por el presidente municipal Gabriel Carballo Tadeo, quienes escucharon el discurso que remembró la vida y la grandeza de los mayas

Después de rendir honores al lábaro patrio y de la entonación de los himnos a Quintana Roo y Nacional Mexicano interpretado por la orquesta polifacética del H. Ayuntamiento, el orador oficial de estos festejos, menciono que a 164 años de la fundación de esta ciudad y a 40 de ser denominado el estado una entidad federativa debe  ser  un tema obligado recordar con respeto, un hecho histórico que cimbró la estructura social, política y económica de  la península de Yucatán “La fundación de Noh Cah Santa Cruz Balám Nah”.

La fundación de la histórica noj kaj santa cruz balám naj, hoy ciudad de Felipe Carrillo Puerto, fue entonces una consecuencia del  movimiento social denominada la guerra de castas.

A la memoria vienen escenarios descritos, cuando los españoles llegaron al territorio maya; entonces este pedazo de tierra fue dividido y repartido como botín de guerra entre los encomenderos.

Esos personajes fueron parte de ese ambicioso ejército español,   que recibieron como dádivas grandes extensiones de tierras a cambio de ayudas por el extermino de nuestros abuelos originarios.

A lo largo de tres siglos de opresión, aquellos que fueron dueños  de estas tierras, poco a poco fueron relegados a las selvas del oriente, hoy parte de nuestro estado.  

Las milpas donde sembrábamos maíz, donde se cosechaban las calabazas, tomate, jícama y otros frutos elementales para la alimentación,  poco a poco  se fueron convirtiendo  en  grandes extensiones de caña de azúcar,  extensos pastos para la ganadería y después el henequén,  huertos con frutas nativas y otras traídas por los conquistadores; así surgieron nuevos pueblos construidos por los colonizadores. 

En ellos quemaron nuestro legado histórico, cortaron los grandes árboles del yaxche, el árbol de la vida, el árbol sagrado, pero dejaron sus raíces que poco a poco crecieron hasta hacerse gigantes.

En los albores de 1847, los mayas de Yucatán ya conocían el manejo de las armas y personajes como Jacinto Pat y José María Barrera se instruyeron  en la milicia, en luchas contra el ejército federal convocados por el gobierno yucateco.

En ese tiempo los abusos  eran tanto que muy pronto empezaron a esbozar y planear una guerra contra el gobierno yucateco. El 26 de julio, el batab de Chichimilá fue fusilado en el parque de Santa Ana, en Valladolid.

En la madrugada del 30 de julio de 1847, los insurrectos asaltaron Tepich, y muy pronto, el ejército rebelde creció y fue tomando pueblo por pueblo, llegando   en  1848 a escasos kilómetros de la ciudad de Mérida y Campeche, sin embargo se abandonó la empresa por diferentes razones; hechos que dieron paso a otro pasaje histórico, la fundación de Noj Kaj  Santa Cruz Balá’m Naj.

Refieren los investigadores más creíbles, que el ex soldado federal José María Barrera deambulaba por la región de kampokolche después de fugarse de sus  captores militares que lo trasladaban a una prisión de Mérida.

En este lugar, a unos 28 kilómetros de kampokolche, descubrió un manantial y para no olvidar el lugar, grabó una cruz en el tronco de un árbol de k’ulche, o árbol de cedro; grande fue su sorpresa que al regresar días después, encontró velas encendidas al pie de la cruz y al paso de los días crecía el número de ofrendas.

José María Barrera, hombre culto, instruido en las letras, conocedor de  las sagradas escrituras, de la música y canto sacro y de las ceremonias mayas, tuvo la idea de crear junto con el ventrílocuo Manuel Nahuat  a  la cruz que habla.

La cruz que transmitía los mensajes de dios a los exhaustos insurrectos por voces surgidas desde las ramas de los grandes árboles de k’ulche, el árbol de dios.

Muerto el ventrílocuo Manuel Nahuat en combate, la santa cruz ya no quiso hablar, los mensajes eran escritos en papel y pronunciados por el sacerdote  Juan de la Cruz Puc, quien al calce de su rúbrica se decía originario del pueblo santo Xocen Kaj y de Noj Kaj Xbalá’am Naj.

El principal pronunciamiento de la Santa Cruz que habla, está fechado el 15 de octubre de 1850, en él decía a los mayas que si estaban perdiendo la guerra era porque habían desobedecido los designios de dios y los inducía a retomar la lucha siempre  que cumplan con las indicaciones de la santa cruz.  Los mensajes muy pronto trascendieron y sus ordenanzas eran cumplidas con severas disciplinas militares.

Este documento, es hoy el más firme sustento de la fundación de nuestra ciudad en un 15 de octubre de 1850; también surgió entonces una nueva religión: los Cruzoob los adoradores de la Santa Cruz.

Un tercer aspecto relevante,  se crea un nuevo territorio para los mayas, un estado autónomo que se autogobernó durante más de medio siglo; esta autonomía maya duró hasta la entrada del general Ignacio Bravo a la ciudad santa de X balá’am Naj Kampokolche Caj el 4 de mayo de 1901.

Por su parte Ángel Rivero Palomo, en representación del Gobernador del Estado, Roberto Borge Angulo; mencionó, que Felipe Carrillo Puerto, es indudablemente la puerta de entrada a la zona maya de Quintana Roo y ofrece un punto de partida para conocerla.

Agregó, que la conformación de Quintana Roo, dio a Chan Santa Cruz la tarea de salvaguardar las tradiciones de la cultura maya; y a sus habitantes la misión de preservar y acrecentar los conocimientos asociados a la tierra, la selva, los cultivos tradicionales y el culto a los símbolos religiosos que dieron fuerza e integración a un pueblo. 

Hizo hincapié al señalar, que Felipe Carrillo Puerto está destinado a seguir siendo una ciudad con crecimiento sostenido y a generar para sus habitantes nuevas oportunidades.
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