Cancún.- Nadie sabe cómo apareció ahí, pero ya hay quejas
de él en las redes sociales, se trata de una protuberancia que le nació a la
calle, justo en la esquina de avenida Nizuc y Bacalar, en la súper manzana 21.
Es un Tope.
Para los vecinos de la zona, que se quejan de la
permanente aceleración del tráfico vehicular que circula por ahí, el tope les
viene bien, pero para aquellos que súbitamente lo encuentran a su paso, la
protuberancia es un peligro.
Veinte minutos parado en el lugar son suficientes
para darse cuenta del problema.
Visto a la distancia, todavía a unos 30 metros,
el tope es prácticamente invisible, pues se confunde con el pavimento de la
calle. Son pocos los automovilistas que se dan cuenta a tiempo que el tope se
les viene encima.
Muchos que pasan por ahí no se percatan del tope,
hasta que se les remueve el cerebro del golpazo que se dan con la cabeza en el
techo de su vehículo. O aquellos que en moto, sienten que el trasero ha perdido
el soporte por el brinco del bípedo, al toparse éste con la protuberancia.
El rechinido de los frenos forzados empieza a ser
un sonido característico en esa esquinita.
La verdad que el tráfico en esa calle, paralela a
la Yaxhilán atrás de “Bovinos”, se ha convertido en una vía de gran
circulación, que muchos toman como pista de carreras, pese a que se trata de
una zona habitacional.
Los señalamientos de que “ahí viene el tope” y
las rayas amarillas fluorescentes –como lo dice el reglamento-, serían la
solución al problema.
Por las noches la cosa se pone peor, pues aún
cuando hay alumbrado público en la zona, es obvio que la visibilidad es inferior
a la que se percibe con la luz del Astro Rey.
El tope surgió ahí de repente. No hubo aviso del
Ayuntamiento, ni inauguración de Julián Ricalde. Nadie se enteró del nacimiento
de la protuberancia, hasta que alguien en las redes sociales se tomó la molestia
de hacerlo.
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