Escuela Ejemplo: En la periferia de Cancún surge colegio público modelo; “Somos ahorita el blanco a atacar”, revela directora envidias y reticencia de maestros

 

Fotos y Texto: Esmaragdo Camaz

 
Cancún.- En la zona de Prado Norte en la periferia de la ciudad una escuela, la Secundaria Técnica No 38 Carmen Serdán, se ha convertido en el ejemplo de una escuela con clases presenciales en tiempos de pandemia. Con un exitoso modelo de medidas sanitarias y a dos semanas de la fallida reapertura de las escuelas, éste es prácticamente el único plantel del sistema educativo público se mantiene abierto gracias a sus ejemplares procedimientos. Sin embargo, en una reveladora entrevista, su directora, María Cristina Rodríguez Alexander, revela que este exitoso modelo se ha convertido en la envidia de algunos de sus colegas “somos ahorita el blanco a atacar”, expresa la profesora y desvela que hay escuelas listas para abrir, pero que son los profesores quienes se niegan a re-aperturar pues para ellos les fue muy cómodo estar año y medio en casa. La directora de este ejemplar plantel acusa que la estigmatización de las escuelas y afirma que hay más riesgo de Covid en otros establecimientos abiertos hace tiempo que en los centros escolares. 

Llego a las 7 horas a la escuela y veo dos filas. En una de ellas las niñas, en la otra los niños. En realidad adolescentes todos. La directora -micrófono en mano- está dirigiendo el operativo. Va dando instrucciones. Los alumnos guardan su distancia en las filas en espera de la indicación de avanzar.
 
 
Van pasando de uno en uno. Un niño, una niña. Un niño, una niña. Una niña, un niño. En la entrada dos prefectas. Una de ellas toma la temperatura y la otra vierte una porción de gel en la mano de cada uno de los estudiantes. Acto seguido, el niño o la niña hace una segunda parada en el lavamanos. Terminado este trámite va a su salón.
 

 
El operativo de ingreso dura un tiempo hasta que los 306 alumnos ingresan. Puede ser algo engorroso, pero sin embargo es un procedimiento fluido, ágil y sobre todo necesario.
 





 
 
Dentro de los salones los alumnos también guardan distancia. En los amplios patios de la escuela hay marcas en el piso -unas equis- que indican en donde pueden pararse los alumnos y en donde no, de tal forma que siempre haya una distancia. 






 
La capacidad de la escuela es hasta para 720 alumnos, sin embargo, la escuela sólo aceptó 306. Unos van lunes y miércoles y los otros asisten martes y jueves. Los viernes hay asesorías para quien lo requiera.
 
Los padres de familia también asisten a la escuela para hacer trámites y están sujetos a las mismas medidas sanitarias que sus hijos estudiantes.
 
 
Hace dos semanas pocas escuelas públicas reabrieron. Algunas volvieron a cerrar. No es el caso de esta escuela donde todos los alumnos deben permanecer todo el tiempo con el cubrebocas además de respetar todas las medidas sanitarias ya explicadas.
 


 
¿Pero cómo esta escuela pudo lograr alcanzar cumplir con todos estos requerimientos?
 
La profesora María Cristina Rodríguez Alexander lo explica en esta entrevista que no tiene desperdicio.
 
¿Han habido casos Covid?, le pregunto.
 
“No hemos tenido ningún caso reportado de alumno por enfermedad ni de los maestros tampoco, hemos estado tratando arduamente, tratamos de cumplir los lineamientos de observación, algunos, dos tres compañeros, que sí han sentido alguna situación se han retirado, pero no ha sido el caso, sería que si alguien se siente mal tendría que recurrir al ISSSTE… no hemos tenido ninguna señal de alarma hasta este momento”.
 
 
¿Cuál es la receta?
 
“Considero que el liderazgo de los directivos y de los docentes influye mucho para poder llevar a cabo una organización de este tipo, no ha sido fácil, ha sido todo un proceso, nosotros tuvimos un trabajo durante año y medio de estar en la escuela siempre procurando mantenerla abierta por atención al público, por atención a los padres de familia, pero principalmente con los alumnos asistirlos en algunas situaciones… el haber estado aquí dando este servicio nos hizo que estuviéramos al pendiente en nuestra escuela y tuviéramos un mantenimiento preventivo y constante, a comparación de muchas escuelas que las dejaron en el total abandono… nunca fue ninguna autoridad a estarlas observando y se quedaron en un rezago, entonces eso nos ayudó a nosotros mucho para que este inicio fuera más fácil hasta cierto punto”.
 
Y agrega:
 
“Y obviamente somos una escuela bien administrada, somos una escuela que tocamos puertas y que tenemos ese gran apoyo de la sociedad civil y otras organizaciones que nos han ayudado para poder cumplir con los protocolos… y los mismos padres de familia nos han ayudado… una organización bien planeada y supervisada ha sido el éxito de que no tengamos problemas”.
 
¿Hay envidias de sus colegas?, le planteo.
 
 
“Somos ahorita el blanco a atacar porque obviamente hemos sido un ejemplo que la misma autoridad lo está promoviendo y yo misma lo estoy promoviendo con mis otros compañeros porque sé íbamos a tener este tipo de reacciones, que en un momento dado algunos compañeros en secundaria trabajan en dos, tres escuelas, entonces nos dicen, y por qué aquí nos están haciendo venir a trabajar y en las otras no, entonces ahí yo estoy apelando al buen criterio de mis compañeros que hagan un esfuerzo porque yo pienso que sí se puede”.
 
Y la profesora hace una revelación:
 
“Hay escuelas que están listas para abrir pero no quieren abrir porque siguen entendiéndose situaciones particulares de no activarse, fue muy cómodo estar año y medio en muchos sin estar trabajando de manera presencial”.
 
Y aclara:
 
“Y se ha estigmatizado y lo digo y lo recalco a las escuelas, que por la apertura de las escuelas se va a enfermar la sociedad, se van a enfermar muchos, yo vuelvo y reitero, cuando hubo la apertura de abrir y que dijeron, se abren restaurantes, los cines, las plazas, las playas, todo mundo asistió y ahí no piensen en el Covid sino al contrario y esos lugares hoy por hoy si vamos a visitarlos están llenos de personas, no han un control, no hay una sanitización, no hay nada por el estilo”.
 
Termina la entrevista y la profesora se va presurosa a sus actividades. Arranca un día más de clases en tiempos de pandemia.

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