Antes de Beryl, Mara Lezama rondaba los 400 mil y pico de seguidores en su perfil de Facebook. Tras su atinado manejo de la contingencia por el huracán —que le ha valido múltiples reconocimientos—, la gobernadora ascendió a más de medio millón de seguidores. De hecho, la mañana de este domingo ya está cerca de alcanzar los 600 mil.
La variante de estos números refleja el efecto positivo del trabajo de la gobernadora entre sus gobernados.
Y es que Mara hizo lo que sabe hacer. Realizó una cobertura informativa de campo, mezclada con transmisiones en vivo, una reminiscencia de sus programas de radio y televisión de gestión social que la apuntalaron durante años y que esta vez —supongo—, fue para ella como un sueño hecho realidad.
Me explico.
Durante años escuchamos y vimos a Mara dar cauce, a través de la radio y la televisión, a miles de voces que reclamaban a las autoridades ayuda y servicios. Ella tuvo que contactar a personajes del gobierno para interceder por el público, quedando —claro—, a expensas de que las autoridades del momento hayan respondido en tiempo y forma a tales demandas, cosa que no siempre sucedió en esos términos.
Pero ahora en cambio, Mara es la primera autoridad de Quintana Roo y tiene el poder de movilizar a todo el aparato de gobierno que ella misma encabeza. Está dotada de todos los recursos necesarios que le fueron otorgados por los quintanarroenses que la llevaron a la gubernatura hace dos años para gobernar, gestionar y dar respuesta a la ciudadanía cuando ésta lo necesita.
Y eso es justamente lo que Mara hizo. Y lo hizo bien.
A Mara se le veía en su ambiente recorriendo las zonas de riesgo en contacto con la gente, delegando a sus subordinados y encabezando transmisiones en vivo a través del SQCS —desde donde dominó el panorama estatal—, e informando en tiempo real las incidencias de la contingencia.
En algún momento y tras muchas horas de comunicar, Mara perdió la voz, pero como en otras ocasiones, esta vez tampoco fue una razón para dejar las redes ni las calles y continuar informando y respondiendo en tiempo y forma.
Sobra mencionar la gran cantidad de reconocimientos que Mara Lezama ha recibido en las últimas horas, pues cada uno de los remitentes ya se ha expresado libremente en ese sentido.
Mara sigue haciendo historia. Es —además de la primera mujer que gobierna Quintana Roo—, la primera gobernadora de campo que realiza una cobertura informativa en tiempo real de un suceso de máximo interés para su gobernados, con óptimos resultados.
Es inédito.
Mara es una comunicadora. Nunca ha dejado de serlo. La palabra es su herramienta y esta vez hizo gala de ello una vez más. Pero Mara también es una gobernante y como tal, también la palabra es su activo, porque con ella ha logrado coordinarse con las estructuras de gobierno formando y siendo parte de un equipo de trabajo que lució esta vez al hacer durante la contingencia del huracán lo que tenía que hacer.
Por: Esmaragdo Camaz
Antes de Beryl, Mara Lezama rondaba los 400 mil y pico de seguidores en su perfil de Facebook. Tras su atinado manejo de la contingencia por el huracán —que le ha valido múltiples reconocimientos—, la gobernadora ascendió a más de medio millón de seguidores. De hecho, la mañana de este domingo ya está cerca de alcanzar los 600 mil.
La variante de estos números refleja el efecto positivo del trabajo de la gobernadora entre sus gobernados.
Y es que Mara hizo lo que sabe hacer. Realizó una cobertura informativa de campo, mezclada con transmisiones en vivo, una reminiscencia de sus programas de radio y televisión de gestión social que la apuntalaron durante años y que esta vez —supongo—, fue para ella como un sueño hecho realidad.
Me explico.
Durante años escuchamos y vimos a Mara dar cauce, a través de la radio y la televisión, a miles de voces que reclamaban a las autoridades ayuda y servicios. Ella tuvo que contactar a personajes del gobierno para interceder por el público, quedando —claro—, a expensas de que las autoridades del momento hayan respondido en tiempo y forma a tales demandas, cosa que no siempre sucedió en esos términos.
Pero ahora en cambio, Mara es la primera autoridad de Quintana Roo y tiene el poder de movilizar a todo el aparato de gobierno que ella misma encabeza. Está dotada de todos los recursos necesarios que le fueron otorgados por los quintanarroenses que la llevaron a la gubernatura hace dos años para gobernar, gestionar y dar respuesta a la ciudadanía cuando ésta lo necesita.
Y eso es justamente lo que Mara hizo. Y lo hizo bien.
A Mara se le veía en su ambiente recorriendo las zonas de riesgo en contacto con la gente, delegando a sus subordinados y encabezando transmisiones en vivo a través del SQCS —desde donde dominó el panorama estatal—, e informando en tiempo real las incidencias de la contingencia.
En algún momento y tras muchas horas de comunicar, Mara perdió la voz, pero como en otras ocasiones, esta vez tampoco fue una razón para dejar las redes ni las calles y continuar informando y respondiendo en tiempo y forma.
Sobra mencionar la gran cantidad de reconocimientos que Mara Lezama ha recibido en las últimas horas, pues cada uno de los remitentes ya se ha expresado libremente en ese sentido.
Mara sigue haciendo historia. Es —además de la primera mujer que gobierna Quintana Roo—, la primera gobernadora de campo que realiza una cobertura informativa en tiempo real de un suceso de máximo interés para su gobernados, con óptimos resultados.
Es inédito.
Mara es una comunicadora. Nunca ha dejado de serlo. La palabra es su herramienta y esta vez hizo gala de ello una vez más. Pero Mara también es una gobernante y como tal, también la palabra es su activo, porque con ella ha logrado coordinarse con las estructuras de gobierno formando y siendo parte de un equipo de trabajo que lució esta vez al hacer durante la contingencia del huracán lo que tenía que hacer.
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